A esta fecha se asocian figuras de insignes protagonismo de la humanidad como Homero, Sócrates, Platón, Aristóteles, Jesucristo, Agustín de Hipona, Tomás de Aquino, Alberto Magno, Abelardo, Descartes, Kant, Hegel, Teresa de Jesús, María Montessori, Soledad Acosta de Samper, Gabriela Mistral, quienes con su pensamiento y su lucha infatigable por la búsqueda de la verdad han señalado las guías o directrices que conducen a la meta de una vida mejor.
Todos ellos han sido y continúan siendo maestros de la familia humana, desde sus diferentes visiones del mundo.
¿Qué es ser un maestro?
El maestro no es un simple profesional de la educación, un académico encasillado y enclaustrado en el saber. Ha de pensarse como el especialista que domina una ciencia cualquiera que requiere comunicarse con un grupo de alumnos concretos, histórica y culturalmente determinados, por ello ha de reconocer los contextos de situación donde se encuentran insertados.
Si bien se necesitan científicos y técnicos para responder a las exigencias del mundo actual ante todo se necesitan hombres y mujeres sabios, maestros que iluminen a los demás y los conduzcan por los senderos de la vida, teniendo como centro del proceso educativo la totalidad de la persona, sin ceñirse al cultivo de una estrecha porción intelectual sino que esculpan la escultura íntegra del ser formando el todo, no la parte.
El maestro real se encarga de iluminar mentes y corazones con esa verdad única que es la del aprender a ser persona y es aquí donde radica su misión constructiva.
Su trabajo se despliega con una multiplicidad de condiciones: empeño, trabajo, dedicación, estudio, experiencia y como valor agregado la vocación.
Más allá de la formación sistémica se es maestro por amor a los chicos y anónimamente participa de la historia de un país basado en valores, como la honestidad, el respeto por las instituciones, la búsqueda de la verdad, la justicia, la democracia, la solidaridad y la equidad.
Manifiesto mi sincero reconocimiento a todos aquellos maestros que más allá de las vicisitudes siguen apostando por una educación para todos y entre todos.
Si tu corazón late más aprisa viendo a tus alumnos.
Si cada persona es para ti un ser que se debe cultivar.
Si sabes volver a estudiar lo que creías saber.
Si tu vida es lección y tu palabra silencio.
Entonces... tú eres maestro.
Anónimo
Patricia Aloe
Directora del Nivel Inicial y Primario
