por lo elegido, que lleva a querer perfeccionarse, a superar los obstáculos en el ejercicio de la profesión, a sostener una actitud ética frente a las responsabilidades, a asumir un compromiso con la sociedad que se verá beneficiada por la actuación en la formación de hombres y mujeres de bien.
Ver aprender, presenciarlo es la satisfacción fundamental de quien enseña y permite disfrutar del milagro continuo de los que aprenden.
Ser parte y testigo de los que aprenden es verlos crecer y madurar, comprobar que adquieren capacidades que no tenían, que desarrollan sus talentos, que reflexionan por sí mismos, que vencen miedos y frustraciones, enfrentan desafíos, retos y asumen la responsabilidad de sus palabras y sus actos.
Todos fuimos alumnos, conservamos en nuestro corazón a algunos de nuestros maestros y siguen vivos por su ejemplo, y en la permanencia de su recuerdo consiste la mejor realización del maestro.
Por eso es querido y respetado.
Patricia Aloe
Directora de Inicial y Primaria
EL MAESTRO IDEAL
Tiene un profundo sentido de lealtad hacia sus principios.
Utiliza muy poco el vocablo “yo”.
Prepara y mejora sus cualidades académicas.
Sólo se siente satisfecho cuando realiza con excelencia el trabajo que se le ha asignado.
Es positivo, busca aquello que es correcto y, en consecuencia, lo encuentra, porque a todo hombre se le concederá los deseos de su propio corazón.
Es absolutamente directo y serio en las preguntas que dirige a sus discípulos, sin dejar de lado el buen sentido del humor.
No tiene doble sentido en sus opiniones y las expresa libremente.
Es totalmente transparente en su labor docente.
Adaptación del autor Boyd Parker